El software libre (en contraposición al privativo) son los programas que podemos usar, copiar, modificar y distribuir libremente [Wikipedia]. Un ejemplo que todos podemos comprender entre software libre y el que no lo es nos lo proporciona el famoso procesador de textos Microsoft Word. Si decidimos comprarlo (incluido en el paquete Microsoft Office cuyo precio oscila entre 139€ y los 699€) no podremos utilizarlo en más de un ordenador de forma simultánea, tampoco podremos prestarlo y las futuras versiones deberemos comprarlas para poder disfrutar de ellas. Si decidimos utilizar Write (incluido en el paquete LibreOffice que se puede descargar de forma gratuita por Internet) podremos instalarlo en más de un ordenador, dejarlo a nuestros amigos e ir incorporando todas las futuras versiones que salgan.
R. Stallman |
Para los que nos dedicamos a la educación el uso del software libre debería ser una prioridad absoluta. En necesaria una educación donde los valores como la solidaridad, la ayuda a los demás o la honestidad formen parte de ella. El uso de este tipo de software junto a los valores presentes en la Web 2.0 dan coherencia a nuestra actividad, entre aquello que enseñamos y aquello que hacemos como docentes. No tiene ningún sentido, por ejemplo, intentar que nuestros alumnos sean personas honradas si al mismo tiempo los ordenadores del centro educativo disponen de copias ilegales de Windows o de Word. Tanto para el mundo rico, donde la crisis afecta a todos los niveles económicos, como en los países pobres, sin recursos económicos para invertir en tecnología, el software libre se presenta como la solución más lógica, coherente, viable y éticamente aconsejable.